MUSEOS, PATRIMONIO Y MEMORIA COLECTIVA
La intención de este texto es acercarse un poco a la realidad de la industria cultural en la que los museos contemporáneos desempeñan un papel fundamental en el diseño, estructuración y consolidación de la memoria colectiva y la identidad de un colectivo cuyo único factor común es el habitar un territorio política y administrativamente definido.
El panorama actual de los museos contemporáneos, no es ajeno a la incertidumbre propia de nuestro tiempo, lo establecido y considerado inamovible, es cuestionado y puesto en duda continuamente desde muchos sectores.
Así como nosotros, los museos se ven constantemente condicionados a reinventarse ( actualizarse ) para no perder vigencia, se plantean nuevas estrategias para adaptarse a un contexto dinámico, plural, en el que los paradigmas cambian según la necesidad de los grupos culturales o los caprichos globalizadores , y se adoptan posiciones flexibles, que van desde la inclusión de valores culturales que antes eran ignorados o clasificados en categorías secundarias como el folklor, haciendo distinciones clasistas entre arte culto –de minorías – y arte popular –destinado a las clases populares – hasta estrategias complejas de promoción, difusión y oferta de servicios; que incluyen: el ámbito pedagógico, la innovación en las formas de transmitir los contenidos, y productos culturales; y el reconocimiento de minorías étnicas con sus respectivas producciones antes excluidas dentro de ese patrimonio artístico oficial.
El museo contemporáneo se presenta inmerso en las políticas culturales globalizadoras, lo que implica, obtener una serie de resultados visibles en términos económicos, que sea viable y auto-sostenible, es una de las condiciones para su permanencia y desarrollo en este momento.
Estar en una cadena productiva cultural, con la participación activa de los sectores de formación, creación, difusión, exhibición y comercialización, representa para los museos la oportunidad de interactuar con todas las partes para tener una visión general de las diversas manifestaciones artísticas del territorio y permanecer en contacto con las regiones que estructuran el mismo, actualizando contenidos y saberes, buscando la construcción de esa noción abstracta en la que se fundamenta la identidad y memoria de los grupos culturales en nuestro país.
La construcción de esa identidad y memoria, debe incluir también los episodios y objetos -no memorables- que no se encuentran en la historia oficial, y son sistemáticamente omitidos, pero permanecen activos en los grupos culturales, presentes en una memoria colectiva.
Esto como parte de un proceso de reconocimiento del grupo humano en el que nos hemos convertido, para ser coherentes con las políticas de construcción colectiva, abierta, participativa en donde la tolerancia y la diferencia juega un papel fundamental para interpretar la realidad presente y un posible futuro.
27 mayo 2011